Quiero compartir mis experiencias con todos los valientes que luchan día a día por mantenerse firmes en su decisión, y con aquellos que aún no se deciden pero pronto lo harán.
Yo soy una chica de 18 años. A los 15 decidí vivir la castidad, manteniéndome firme hasta el día de hoy. A esa edad el padre Jürgen me cambió la vida por completo cuando fue a dar una charla espectacular sobre este tema a mi colegio. Tuve la suerte de estar presente, y sentí que era Dios hablando conmigo a través de él. En ese momento, sin darme cuenta, empecé a adoptar este estilo de vida.
Al comienzo fue sencillo, hasta los 16 que tuve mi primer enamorado. Con él las cosas se fueron complicando un poco, estuve a punto de caer y empecé a perder la claridad de las cosas y del plan que Dios tenía para mí. Pero su bondad es tan inmensa que justo llegó un viaje muy especial para mí: la JMJ de Río de Janeiro. Ahí fue donde conocí La Opción V, me explicaron de qué se trataba y quedé encantada. Me dieron oraciones y pulseras para repartir y lo hice, explicando yo misma a otros jóvenes que se acercaban de qué se trataba, como si fuera experta en el tema. No sé si toqué el corazón de algunas personas, pero estoy segura que me escucharon y les dejé por lo menos la curiosidad.
Cuando volví al Perú hablé con mi enamorado sobre hacer un promesa de castidad, y él aceptó de inmediato. Sin embargo, nunca hicimos la promesa. Pasados los 8 meses la relación terminó, porque tomamos caminos distintos. Sufrí mucho, pero confié en el plan de Dios.
Luego conocí al que actualmente es mi enamorado, un chico que no había mantenido su pureza y estaba alejado de Dios. Yo le expliqué mi forma de pensar y que estaba esperando a mi futuro esposo para entregarle mi virginidad. Le hablé sobre todo lo relacionado a este estilo de vida y él entendió, aceptando mis condiciones.
También lo invité a entrar a esta increíble página y a leer los testimonios. Gracias a Dios lo hizo y cambió su estilo de vida, optando por el perdón de Dios y una segunda virginidad. Tal fue su cambio que luego de dos meses él hizo su promesa de castidad, y yo un mes después.
Actualmente vivimos la castidad juntos, luchamos día a día por mantenernos firmes. Hasta ahora no nos hemos equivocado y seguimos aprendiendo juntos, y podemos dar fe de que sí es posible vivir un amor verdadero, un amor completamente puro y magnífico, ese que encuentras cuando sigues el plan que Dios tiene para ti.
Pao, 18 años, Perú.
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