A veces es complicado escribir sobre tu vida y las experiencias o golpes que has tenido, pero quise hacer el esfuerzo para, así, transmitirles a todas aquellas personas que no creen en la importancia de la Castidad el valor que esta sí tiene, el cual yo comprobé.
Todo empezó cuando unos amigos de la universidad me presentaron a un profesor. Él nunca me dio clases, pero era como mi transporte, pues siempre me llevaba de un lado a otro. Así, tuvimos oportunidades para conocernos más y hablar. Al poco tiempo, nos hicimos enamorados. Él me había demostrado ser muy respetuoso y atento. Sin embargo, era mucho mayor que yo; por lo tanto, sus deseos, prioridades y sueños eran muy distintos a los míos.
Después de dos meses, le conté que mantengo mi virginidad y que no me siento preparada para dar el paso a tener relaciones. Él lo entendió completamente y me dijo que esperaría por mí el tiempo que fuese necesario. Esas palabras a cualquiera enamoran, ¿no?
Luego de un tiempo, él me invitó a su casa.Estuvimos solos, pero yo tenía claro que no nos sobrepasaríamos en caricias. Ese día no paso “nada”, más que besos. Sin embargo, en nuestro segundo encuentro, fue distinto, porque, inclusive estando peleados, acepté ir a su casa otra vez. Ese día sí nos sobrepasamos en caricias, pero, como no quise tener relaciones con él, se molestó conmigo y jamás me volvió a buscar.
Después de todo, es triste que me haya dejado enamorar por él con tan solo palabras bonitas, pero sé que, a pesar de que yo también haya tenido la culpa por permitirlo, he aprendido mucho de eso, porque tengo más claro lo importante que es el saber esperar y que la persona que de verdad me ama va a ser capaz de hacerlo, pues su amor no solo se quedará en palabras, sino será expresado a través de hechos, del respeto y el autodominio.
Sé además que mis acciones y anhelos no pueden ir por caminos separados. Si queremos vivir un amor verdadero, debemos de ser pacientes para esperar a la persona indicada y firmes para luchar contra las tentaciones. ¡Ánimos!
M. D., 20 años, Venezuela.
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