«A Dios rogando y con el mazo dando»

Hola, soy J., tengo 17 años. Me gustaría contarles un poco de mi experiencia al hacer la opción por la castidad. La verdad, al inicio no fue nada fácil, pero la lucha contante se vio compensada con el don maravilloso de la pureza. La Opción V ha cumplido (y cumple) un maravilloso trabajo enseñándonos a los jóvenes las virtudes que nos harán felices. Pero muy pocos se animan al ver lo pedregoso que es el camino y lo seductor que es el mundo. Por eso escribo este testimonio, para que todos los jóvenes, especialmente los hombres que leen esto, sepan que no hay nada que temer, que SÍ ES POSIBLE.

Lo primero que le recomendaría a alguien que opta por ir contracorriente y decide seguir el camino de la castidad es que jamás olvide esta frase: «A Dios rogando y con el mazo dando». Es que la castidad se obtiene con voluntad, trabajo y gracia. Por eso, a todos esos jóvenes que siguen La Opción V, que buscan vivir una sana relación con sus enamoradas o futuras esposas, les recuerdo que jamás deben dejar de orar, orar mucho… y trabajar, trabajar por fortalecerse y entrenarse en buenos hábitos de castidad. Porque las tentaciones se valen de nuestra debilidad y solo con la fuerza de Dios y nuestra inteligencia y constancia en la lucha (querer y actuar) lograremos alcanzar la preciosa virtud de la castidad.

La lucho mucho día a día, todas las personas en el mundo tienen que afrontar sus debilidades, luchar, y es de hombres hacerlo. Yo no dejé de rezar y cultivar la voluntad, la voluntad para ver a las mujeres con los ojos de Dios, una mirada sensible, amorosa, llena de respeto y empatía.

Si quieres asumir el reto de vivir la castidad, no puedes esperar a “mañana” para cultivar tu voluntad, ¡cultívala desde ya! Yo, a mis 17 años, vivo una vida plena y FELIZ. No les digo que no haya lucha, sino que ¡soy feliz en la lucha! Y cada segundo que pasa me siento más preparado y fortalecido, justamente porque en la lucha y en la oración perseverante es donde uno se hace fuerte y las victorias son cada vez mayores. Son esas victorias, por las que uno se conquista a sí mismo, las que traen la paz y alegría al alma.

Jóvenes que como yo han hecho La Opción V: ¡No nos desanimemos! Muchas veces yo lo hice. Pero créanme que cada vez que lo hice, fue la peor decisión del mundo. Muchas veces en La Opción V se nos recuerda la necesidad de volvernos a levantar si caemos. ¡Mil y un veces! Yo les digo a todos los que quieran ser hombres de verdad que toman una decisión valiente: la de ser constantes en la lucha y en la oración. No dejen de ponerse de pie si caen, y verán que poco a poco, con el tiempo y la perseverancia, sus corazones estarán preparados para sus futuras novias y esposas. Eso es lo que Dios quiere: que seamos hombres de verdad. Ello implica mucho compromiso, pero no hay que temerle ni huirle a la lucha y compromiso.

Desde mi propia experiencia les puedo decir que sí es posible, ¡es posible vivir la castidad! También les puedo decir que la castidad y pureza de corazón es la cosa más maravillosa que existe, pues permite que el corazón se haga más grande cada día para que pueda amar de verdad. Sí, yo les puedo asegurar que, desde que Dios me concedió esta virtud, mi vida es distinta, ¡es maravillosa!

J., 17 años, Perú.

Testimonio escrito para La Opción V

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