Con este primer artículo La Mamá Oca, en colaboración con La Opción V, busca brindar a los padres -presentes o futuros- algunas herramientas y pautas para criar a sus hijos en la virtud de la castidad.
La educación sexual debe formar parte de la educación integral de nuestros hijos en casa. Vivir correctamente la sexualidad es una virtud y como tal se debe educar día a día, y no esperar a un “momento clave” para empezar a preocuparnos. No podemos soñar que un día, cuando nuestro hij@ cumpla 14 años, nos vamos a sentar con él o ella y decirle: “Hij@, vamos a hablar de sexo”, y que responda: “Claro, papá (o mamá), dímelo todo”… Lo más probable es que escuchemos: “Claro, papá (o mamá), dime qué quieres que te enseñe”, si es que el adolescente no salió corriendo antes del espanto y la vergüenza ya que nunca hemos desarrollado una relación de confianza y autoridad moral con ellos.
Así, educar en la sexualidad no es una tarea aislada del resto de los objetivos educativos ni tampoco pertenece exclusivamente al inicio de la pubertad. Una persona bien educada a nivel sexual –que practica la virtud de la castidad– debe ser virtuoso, además, en otras áreas. ¿Cómo vivir correctamente la castidad si es que no se es prudente o paciente? ¿O si no se sabe dominar la voluntad? Es muy difícil. Por eso hay que ser conscientes de que cuando les enseñamos a nuestros hijos, por ejemplo, a esperar por un juguete hasta el día de su cumpleaños o a compartir con su hermano, estamos sentando las bases para que luego sean personas que saben esperar y compartir con una pareja en el momento en que les toque vivir su sexualidad.
Desde el día que nacen
Cuando un bebé nace, la mamá lo pega a su pecho y lo alimenta, lo cuida, lo limpia, lo baña y lo seca, lo besa y lo apapacha todo el día. El papá lo carga, también lo acaricia y lo protege. Desde ese momento estamos empezando a educar a nuestros hijos en sexualidad. ¿Cómo así? Si consideramos que una sexualidad sana es manifestar amor a través de nuestro cuerpo como parte de un todo (cuerpo y espíritu), con estos cuidados, por ejemplo, los hacemos sentir únicos y especiales. Les estamos poniendo en su chip el “te amamos por existir, vales infinito y te mereces por siempre ser amado igual”. Generamos un vínculo afectivo. Les damos seguridad. Nos comunicamos con el bebé diciéndole cosas lindas y tiernas. Cuidamos su cuerpo y le damos el valor que realmente tiene como ser humano. ¿No es esto vital cuando hablamos del amor de pareja?
Con el tiempo, el bebé va creciendo. Ya no se alimenta de la madre, pero seguimos preocupados por su cuidado. Le vamos enseñando a cuidarse solo, a que no camine por aquí o por allá porque se puede golpear. Lo vamos educando en hábitos saludables porque queremos que se cuide, queremos que no le pase nada.
El niño va avanzando por la vida y nosotros vamos cambiando nuestro trato. Tal vez ya se baña solo y no quiere que lo veamos sin ropa. Sin embargo, conversamos mucho, pasamos tiempo juntos y establecemos canales de comunicación y confianza sólidos. Les damos criterios, estamos pendientes. Como ven, si empezamos desde el día uno, el camino para abordar los temas sobre sexualidad va a estar asfaltado y fluido.
Estar preparados
Pero como todo en la vida, siempre tendremos un mejor desempeño si estamos bien preparados. Todo lo mencionado arriba es imprescindible como marco para la educación de la sexualidad; sin embargo, también hay que hablar del tema de manera asertiva de acuerdo a la edad de nuestro hijo y/o las preguntas que surjan espontáneamente de su parte. Y para eso no hay nada mejor que estar listos para responder lo mejor posible cuando estas situaciones o dudas aparezcan.
Un buen ejemplo podría ser cuando vamos a escoger una leche maternizada para alimentar a nuestro bebé. ¿Compramos cualquiera o antes leemos bien, y le preguntamos al pediatra? Es muy raro que agarremos cualquier medicina del botiquín y se la demos al bebé recién nacido sin consultar. ¿No es así? Esa misma previsión debemos tener para resolver los asuntos que involucran su crecimiento psicológico y espiritual. Y la sexualidad es un punto tan vital en el desarrollo feliz de un ser humano que de ésta depende en gran parte el éxito que pueda tener nuestro hij@ en su matrimonio y como padre de familia.
Por eso es un tema que no podemos dejar a la ligera, ni esquivarlo o posponerlo, porque ahí donde no lleguemos nosotros llegará alguien más ya que, sí o sí, nuestros hijos se enfrentarán a situaciones de índole sexual en algún momento de su vida. Y, de hecho, sería mucho mejor que para tomar ciertas decisiones tengan valores inculcados por nosotros y no por el amigo de la esquina o por alguna película triple X; o por la amiga que le encanta “complacer” a sus novios.
Finalmente, a la generación de un vínculo afectivo, de la confianza y de los canales de comunicación, hay que sumarle el ejemplo. Porque no importa lo que digamos, si nuestros actos no coinciden con nuestras palabras, nuestra educación tiene menos peso que una pluma.
La Mamá Oca (*)
(*) La Mamá Oca colabora con La Opción V en la tarea de ayudar a los padres (presentes o futuros) en la tarea de educar a sus hijos en la virtud de la castidad. Cuenta con su propia página, por la que busca «educar a los padres y formadores en la crianza de seres humanos felices».
Para cualquier consulta sobre «cómo educar a tus hijos en sexualidad», escribe a: giuliana@lamamaoca.com
Foto por Ambro/www.freedigitalphotos.net
* ¡Este Blog es un espacio creado para ti! Tú también puedes enviarnos tus preguntas, testimonio o reflexiones a laopcionv@gmail.com, con nuestro compromiso de guardar tu identidad en la más absoluta reserva. Con tu colaboración y participación podremos ser cada vez más quienes creemos que el amor verdadero sí existe, y que el camino para alcanzarlo es la castidad!
** Todas las publicaciones en este Blog son de propiedad de La Opción V, a menos que procedan de otra fuente. Pueden ser difundidas libremente, por cualquier medio, consignando siempre la fuente. Está terminantemente prohibida su reproducción total o parcial con fines de lucro.