Y tú, ¿eres ese hombre?
Gracias a mi maestra de inglés, Jazmine, cambió mi vida cuando yo tenía todo lo que el mundo te puede ofrecer. Ella me veía salir con una niña un día y al siguiente con otra, hasta que me preguntó:
─ Eduardo: ¿a ti te gustaría tener una familia algún día? ¿Te gustaría tener hijos?
─ Sí.
─ ¿Hijas?
─ ¡Claro que me encantaría tener muchas hijas!
─ ¿Y qué tipo de hombre te gustaría que tus hijas encontraran para formar una familia?
Y bueno, yo describí casi un santo:
un hombre que dé la vida por ellas, fiel, un hombre honesto, íntegro, trabajador, que las ponga en pedestal como si fueran diamantes, leal, que las respete
y bueno, una listota enorme… casi casi describí el hombre ideal, el hombre perfecto. Y ella al final me dijo:
─ Y tú, ¿eres ese hombre?
Y casi con una lágrima en el ojo, porque me llegó al corazón lo que me estaba preguntando, le dije:
─ No.
Y me dijo:
─ ¿Entonces por qué exiges lo que tú no das?
Eduardo Verástegui, extracto de una entrevista.