Tres armas para el combate

Imagina que vas a un combate, sitúate ahí en el campo de batalla; frente a ti está el ejército enemigo a unos cuantos kilómetros, listo para atacar. De pronto, empieza a avanzar y tú volteas, pero estás totalmente solo sin ninguna ayuda, ni siquiera tienes armas al alcance. De nuevo vuelves tu vista hacia el frente y ves que se acercan. Te decides a contraatacar, pero son demasiados… ¿Cuál crees que será el resultado? No es difícil imaginar que es muy probable que pierdas. Si vas a un combate sin armas, sin hombres y sin ejército frente a un enemigo armado, el resultado sería fatal. Ocurre lo mismo con la vivencia de la castidad.

Mi intención no es asustarte, todo lo contrario; quiero que sepas que la castidad se puede vivir todos los días y que nos ayuda a vencer esos combates de tentación. Te cuento a modo de confidencia que cuando recién la descubrí, muchas veces creí que era imposible y estuve a punto de tirar la toalla. Por eso quiero compartirte tres puntos claves, armas para el combate, totalmente necesarios que te ayudarán a vivir la castidad para que sea más una alegría que una carga.

  1. Formación: 

Estoy segura de que, si estudias bien las fortalezas, debilidades y estrategias del ejército enemigo, tendrás ventajas y oportunidades para vencerlo; por ello, la formación es un arma importantísima para la vivencia de la castidad. “Nadie ama lo que no conoce” y si no conoces qué es realmente la castidad no podrás amarla, mucho menos vivirla. Te sugiero informarte acerca de este tema que en realidad es muy amplio. Aquí en La Opción V pueden encontrar recomendaciones de libros, videos, películas, etc.; además, hay muchas cuentas en redes sociales que te explican y dan a conocer la belleza de la castidad. Busca e investiga de fuentes confiables que sigan una antropología adecuada, verás que no está tan pasada de moda como te lo han hecho creer.

  1. Fortalecer tu voluntad: 

Una vez estudiado todo acerca del ejército enemigo, tocará entrenarte para que lo puedas vencer. Para vivir la castidad también tendrás que hacerlo, y ¿cómo? Fortaleciendo la voluntad, capacidad que tenemos todos para decidir con libertad aquello que se desea y que no; sin embargo, muchas veces esta capacidad se ve sesgada por los impulsos, por ello es trascendental que se fortalezca, para que cuando llegue el momento digas “no” al uso y “sí” al amor.

  1. Ayuda espiritual: 

Por mucho que hayas entrenado o que tengas conocimiento del ejército enemigo, si lo haces solo será difícil que salgas vivo del combate. Por eso es importantísimo ser conscientes de que solos no vamos a poder. La castidad, como virtud, es una gracia que nos viene dada de Dios. Personalmente, me costó más entender esto, porque creí que yo sola podía frente a frente con la tentación, y por creerme autosuficiente me he estrellado contra la pared. ¡No temas pedir ayuda! Qué mejor aliado que Dios mismo que te puede ayudar a vencer hasta los combates más difíciles. Recurre a los medios que están a tu alcance: la oración, los sacramentos, el Santísimo, la ayuda de un director espiritual, y más.

Estas tres armas son las que sí o sí debes cargar antes de lanzarte al combate. Así que ¡ánimo!, no estás solo… La castidad se vive con alegría: es decirle sí al amor verdadero y vivir con gozo esta decisión.

Calina Solís – Brigada LOV

Calina es psicóloga en Perú

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