Si lo van a hacer igual, ¿por qué no darles un condón?

PREGUNTA: La abstinencia está bien, pero ¿no crees que las escuelas deben enseñar sobre los condones para aquellos que van a ser sexualmente activos?

RESPUESTA: Cuando jugaba béisbol en la universidad, no querían que usásemos esteroides. Claro, algunos atletas lo hacían de todas maneras, pero ningún entrenador entró jamás a los vestíbulos diciendo: «Queremos que se abstengan de usar drogas para mejorar su rendimiento. Pero, como sabemos que algunos de ustedes igual lo están haciendo, pondremos una canasta de jeringas gratuitas y limpias en la banca de suplentes, y les daremos una clase especial a aquellos que no se quieran abstener”.

Lo mismo se aplica al condón. Si tuvieras un hijo que está pensando en acostarse con una persona que probablemente tiene SIDA, ¿acaso le dirías: «Preferiría que no duermas con esa persona, pero, como sé que probablemente lo harás de cualquier forma, aquí tienes un condón»? De ninguna manera confiarías la vida de tu hijo a un pedazo muy delgado de látex. Le darías a él o a ella un mensaje claro y sin componendas sobre la pureza. ¿Acaso no merecen todas las personas escuchar el mensaje que le darías a aquella persona que amas?

Todo ser humano es capaz de autocontrol, es capaz de tomar decisiones inteligentes. En todo caso, las personas que “van a hacerlo de todas formas” son aquellas que necesitan aún más que se les dé un mensaje convincente acerca de la abstinencia.

Además, ¿qué pasaría si enseñas a los alumnos cómo usar un condón, y luego una joven mujer regresa dos años después preguntando cómo es que tiene cáncer cervical a pesar de haber usado condón cada vez que tuvo relaciones sexuales? ¿Qué le dirías?

El hecho es que la mayoría de personas que promueven la noción anticuada y médicamente inexacta de “sexo seguro” no son conscientes de la tasa de fracaso del condón en la prevención de ETS (Enfermedades de Transmisión Sexual). La mayoría también subestima la tasa de fracasos de los anticonceptivos para evitar los embarazos, asumiendo equivocadamente que tiene un 99% de eficacia.  Un ex director médico de Planned Parenthood  una vez escribió: “Más de tres millones de embarazos no planificados ocurren cada año a las mujeres estadounidenses; de éstos dos tercios se deben al fracaso del anticonceptivo”. [1]

La noción de sexo “seguro” es engañosa porque da a la gente una falsa sensación de seguridad para involucrarse en conductas riesgosas. Por ejemplo, cuando una chica adolescente se vuelve sexualmente activa, es más propensa a caer en depresión, a tener más rupturas amorosas y eventualmente a divorciarse, como puede verse en este estudio hecho a 10.000 mujeres. Otros estudios también muestran que las chicas sexualmente activas tienen más probabilidades de intentar suicidarse. Obviamente, esto no le sucede a todas las adolescentes sexualmente activas, pero mientras más temprano una mujer se vuelva sexualmente activa, más probabilidades tendrá de sufrir algo de eso. Con esto en mente, parece ser muy engañoso llamar al sexo “seguro” tan sólo porque está involucrado un pedazo de látex. Promover el sexo seguro tiene tanto sentido como decirle a su hijo que se ponga un casco si es que quiere ir a jugar en medio del tráfico.

Por último, toda esa idea de que los adolescentes “van a hacerlo de todos modos” equivale a decir que te estás dando por vencido con ellos. Después de que mi esposa y yo dimos una charla sobre castidad en una escuela, una chica del público se acercó a Crystalina y puso algo en su mano, diciendo: “Muchas gracias por la charla. No voy a necesitar esto nunca más”. Mi esposa miró y en sus manos había un paquete mitad vacío de píldoras anticonceptivas. Ahora, ¿crees que esta chica hubiese estado tan impactada por nuestra charla si la hubiésemos concluido con la repartición de condones para todos aquellos que “van a hacerlo de todas maneras”?

Es imposible transmitir un mensaje de abstinencia que sea convincente mientras se promociona el uso del condón, como se puede ver por la ineficacia de la educación sexual “comprensiva”. Los educadores de la abstinencia no son ingenuos con respecto a los niveles de actividad sexual entre los adolescentes. Ellos son los que saben lo que está en juego. Para una prueba de que la educación en abstinencia funciona, haz clic aquí.

Jason Evert

[1] Dr. Louise Tyrer, Letter to the Editor, Wall Street Journal, 26 April 1991.

FUENTE: The Chastity Proyect

Traducción de Fabiola Espinoza

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