¿Sexo “seguro”?

Los condones ofrecen una falsa sensación de seguridad. Al repartirlos indiscriminadamente, los gobiernos no hacen más que promover la promiscuidad.

¿“Sexo seguro”?

 ¿Has escuchado hablar del “sexo seguro”? Seguramente has escuchado hablar de él en la escuela o en la universidad, o acaso tu madre o padre te han hablado de “protegerte”, de vacunarte para que no te contagies o para que no quedes embarazada, o de usar el preservativo para poder hacerlo “sin riesgo”. Por ello también es conocido como “sexo con protección”, porque implica prioritariamente el uso del condón.

Quienes hace décadas promueven el “sexo seguro” hablan de una serie de medidas que supuestamente te protegerán a ti y a tu pareja de infecciones y de embarazos no deseados cuando tengan sexo. Estas prácticas se hicieron muy populares a finales de los 80, debido a la aparición del virus del SIDA/VIH (Síndrome de Inmuno Deficiencia Adquirida).

Actualmente muchos de los programas de educación sexual lo consideran y difunden como una “estrategia eficaz” para evitar el embarazo de adolescentes y la propagación de las Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS). Basta ver la cantidad de países que con la excusa de frenar los embarazos indeseados o el contagio de ETS promueven la repartición gratuita de condones ya en los colegios.

Pero, ¿es realmente seguro el “sexo seguro”?

Pues ¡NO! Muchos profesionales de la salud, basándose en sólidos argumentos científicos y estadísticas inequívocas, afirman que eso del “sexo seguro” es un gran mito, es decir, que el condón no protege completamente de las infecciones transmitidas sexualmente o de los embarazos indeseados.

De hecho en algunos países han dejado de usar el término “sexo seguro” porque no refleja la realidad (no es seguro) y da a los usuarios una falsa sensación de seguridad, que termina jugándoles en contra.

En resumen: los condones no son un método seguro para la persona que los usa, ni tampoco son un método eficaz para la reducción de los embarazos no deseados o control de las ETS.

¿Protege el condón de las ETS y de los embarazos indeseados?

 ¿Qué son las ETS? ETS es la forma abreviada para referirse a las Enfermedades de

Transmisión Sexual, antes llamadas “enfermedades venéreas”. Estas son un conjunto de afecciones contagiosas que se transmiten de persona a persona por medio del contacto sexual, pero también en el contacto de piel a piel que se da en los “juegos sexuales”.

Entre ellas tenemos: la clamidia, la gonorrea, la sífilis, las verrugas genitales, el Virus del Papiloma Humano  (VPH), el VIH–SIDA, las tricomonas, el herpes genital, entre muchas otras más.

El contagio de cualquier ETS puede ocurrir con UNA SOLA relación sexual con una pareja infectada. Muchas personas infectadas no son siquiera conscientes de su infección porque gran parte de las ETS a menudo son “silenciosas” (no tienen síntomas perceptibles o tienen pocos) o no reconocidas[1]. Es importante entender que todas las formas de contacto sexual implican un cierto riesgo de infección, en mayor o menor grado[2].

¡Pero he escuchado y nos siguen enseñando que el uso del condón es seguro! ¿Qué hay de cierto en ello?

El condón nunca es 100% seguro, ni para evitar las ETS ni para evitar los embarazos no deseados. En cuanto a las infecciones únicamente protege de algunas ETS (entre el 60-80%)[3], es decir, en 1 de cada 3 relaciones sexuales con una pareja infectada te contagias[4]. O al revés, si es uno quien porta una ETS –y puede que no sepas que eres portador–, contagias a la pareja (dependiendo de la enfermedad de la que eres portador/a).

¿De verdad impide el condón la propagación del SIDA y de otras ETS?

¿De verdad impide el condón la propagación del SIDA y de otras ETS?

Si bien es cierto que el uso correcto del condón puede prevenir ciertas ETS (como por ejemplo el herpes y la gonorrea) no ofrecen una protección total contra otro tipo de enfermedades como las verrugas genitales, el VPH (Virus de Papiloma Humano), la sífilis o el HIV-SIDA. Por ejemplo, el condón solo protege un 30% de la infección causada por el herpes simple[5] (es decir, de 10 relaciones sexuales podrías contagiarte en 7 de ellas). Además los condones no ofrecen una protección adecuada contra la clamidia (bacteria que es capaz de causar infertilidad en la mujer)[6].

Como hemos mencionado anteriormente, muchas ETS se contagian con el solo contacto de la piel y áreas que el condón no cubre. Entre estas están el Virus del Papiloma Humano (VPH), el Virus del Herpes (VHS-2)[7], la sífilis, el linfogranuloma venéreo o chancroide[8]. Estos sólo son algunos ejemplos de infecciones que se producen mediante el contacto de las áreas expuestas. El condón no te protege de su contagio.

A esto debemos añadir un porcentaje de falla debido a la ruptura o mal manejo del condón. Estadísticas comunes hablan de un 12% al 30% de condones que se rompen[9], e incluso hay reportes que indican un fallo de hasta un 35%[10].

En relación a los embarazos el condón tampoco es infalible. Las encuestas reportan un 12%[11], 17%[12] y hasta del 50% (en el segundo año de relaciones)[13] que se producen debido a la ruptura del condón.

Estudios han sugerido que los condones pueden reducir la transmisión del VIH en un 85% a un 95% cuando se utilizan de manera correcta. La eficacia más allá de un 95% se consideró poco probable debido a deslizamientos, roturas y el uso incorrecto. También se ha dicho que: «En la práctica, el uso irregular del condón puede reducir el total de la eficacia de los condones a una tasa tan baja como el 60-70%”[14].

¿Te protege realmente el condón? Pongámoslo así: si fueras a saltar en paracaídas y te dicen, “no te preocupes que tu paracaídas es seguro, se abre en el 80-90% de los casos”, ¿saltarías?

Pues esa es la “protección” que te ofrece el condón. Es verdad que reduce la transmisión del VIH y otros agentes infecciosos, pero no lo hace siempre.

Ante esta realidad uno se pregunta: ¿por qué los gobiernos promueven un método que solo te protege parcialmente cuando lo usas? Quienes lo reparten gratuitamente en los colegios o universidades aducen razones de “salud pública”, es decir, para prevenir ETS y embarazos adolescentes. Sin embargo, al repartir preservativos estimulan las relaciones sexuales precoces y la promiscuidad, dando pie justamente a lo que buscan reducir o evitar: el contagio de las ETS y los embarazos no deseados en adolescentes.

Por otro lado, quien se contagia lo hace de manera TOTAL, es decir, no solo te contagias en un 50% o en un 80%, te enfermas al 100%, y esa ETS puede ser MORTAL. Esto NO ES UN JUEGO: sabemos bien que el SIDA no tiene cura aún y que normalmente lleva a una muerte muy penosa. Por otro lado el VPH puede provocar el Cáncer. Por ello, reducir el riesgo del contagio del SIDA en un 60 a 85% de una enfermedad que es 100% mortal, ¿es de verdad preocuparse de la salud pública?

Lamentablemente hoy en día, dada la “obsesión sexual” en la que vivimos y debido a la falsa seguridad que dan organismos de salud pública al promover el uso de condones, muchos jóvenes están dispuestos a tomar ese riesgo por un momento de éxtasis y de placer. Más aún, debido a la promiscuidad que se genera al ver el sexo entre “amigos” como “normal”, ya a muchos jóvenes ni les interesa si lo hacen con o sin condón. Total, para eso existe la “Píldora del Día Siguiente” (que las chicas empiezan a tomar como si fuera Aspirina), o la inyección, o el aborto.

No nos dejemos confundir con el juego de palabras: reducir el riesgo no es eliminarlo, y no puede haber un “sexo seguro” mientras haya riesgo.

Actualmente el lobby pro-condón y las exageraciones acerca de la efectividad de este producto han hecho que el problema empeore, por una simple razón:

Los condones proveen un FALSO SENTIDO de seguridad para quienes lo usan. Estando convencidos de su efectividad y sintiéndose invulnerables, los usuarios simplemente continuarán con –o incrementarán– su comportamiento de alto riesgo. De esta manera, la tasa de eficacia del 85- 90% se desploma en proporción al aumento en el comportamiento auto-destructivo (promiscuo). Este fenómeno se confirma en los países que se centran en la distribución de preservativos para luchar contra la enfermedad”[15].

Estos resultados, cuando fueron publicados, sorprendieron a los defensores de condones. En un artículo los investigadores Sanny Chen y Norman Hearst señalaron que,

«En muchos países del África subsahariana, las altas tasas de transmisión del SIDA han continuado a pesar de las altas tasas en el uso del condón». De hecho, «no han surgido todavía ejemplos claros de un país que haya retrocedido de una epidemia generalizada principalmente por medio de la distribución de los condones»[16].

No es de extrañar, entonces, que Botswana, Zimbabwe, Kenia y Sudáfrica –los países con los niveles más altos de disponibilidad de condones– continúen teniendo las tasas más elevadas de prevalencia del SIDA[17]. Uno se pregunta: ¿por qué no quieren aprender de la experiencia de Uganda? En este país se impulsa un programa que alienta la abstinencia para combatir el SIDA, programa duramente condenado por las organizaciones que promueven los condones como único medio para prevenir el SIDA, pero que ha resultado ser muchísimo más eficaz que los programas basados en la repartición de preservativos: gracias a él la tasa de transmisión del virus para el 2006 había caído en un 75%, en varias regiones del país.

Un Uganda se aplica hace muchos años y con excelentes resultados la estrategia de prevención de SIDA llamada ABC:

  • La letra «A» por «abstinence», significa que lo      prioritario y 100% eficaz para prevenir la infección es abstenerse de      relaciones sexuales, es decir, recomendar a los jóvenes que retrasen al      máximo el inicio de éstas.
  • Lo mismo se puede decir de la monogamia      mutuamente fiel, representada por la «B» de «Be faithful» («sé fiel»).
  • Finalmente, y en el caso de que fueran rechazadas      las recomendaciones anteriores, se habla de la «C», recomendando el uso de      condones, pero advirtiendo que      reducen, pero no eliminan totalmente el riesgo de contagio[18]

¿Por qué se nos oculta la verdad?

Se te miente y engaña cuando quieren hacerte creer que los condones y la “educación sexual” que se basa en su uso son “la respuesta segura” frente al problema de los embarazos indeseados y al contagio de las ETS, especialmente del VIH/SIDA.

Nos imponen la creencia de que los condones son la solución de todo... ¡gran mentira!

Nos imponen la creencia de que los condones son la solución de todo… ¡gran mentira!

 La “educación sexual” que hoy se imparte en las escuelas y colegios es parte del problema, en vez de ser la solución del mismo. Gran parte del contenido que se da en los programas de “educación sexual oficial” o “educación sexual inclusiva” no se basa en datos científicos ni médicos, sino más bien en una ideología “de género”. Se les repite casi obsesivamente a los niños y jóvenes que sus decisiones deben basarse en sus sentimientos y no en lo racional. No son los datos de la realidad, lo objetivo, sino lo subjetivo y lo que sientes lo que vale y deben tomar en cuenta. Reducen el papel de los padres en la educación de los hijos y los valores humanos tradicionales son puestos en ridículo calificándolos de “obsoletos” o “arcaicos”. Se dejan de lado los datos de la ciencia, las estadísticas y sobre todo se oculta el fracaso rotundo del uso de estos programas (distribución masiva de condones y “sexo seguro”) a lo largo de casi 30 años de su promoción. Incapaces de aceptar este fracaso, creen que el error está en su falta de distribución, o en la edad de distribución, por ello en California ahora (2013) el programa de “salud” los distribuye gratuitamente por “delivery” a niños de 12 años con sólo una llamada por teléfono.

Una gran contradicción se percibe cuando se promueven los condones y la “educación sexual” que se imparte en EUA y se promueve en los países de América Latina:

Por un lado está la reducción de la transmisión de ciertas ETS cuando se utiliza correctamente el condón, pero al mismo tiempo se da un amplio incremento de las tasas de transmisión en la población debido al incremento de la promiscuidad que resulta de la promoción de los condones para asegurar el “sexo seguro”.

El Dr. Edward C. Green, ex director del Proyecto de Investigación para la Prevención del SIDA, en el Centro de Estudios para el Desarrollo y la Población de Harvard, ha afirmado que

“hay una asociación consistente, demostrada por nuestros mejores estudios, incluyendo las Encuestas de Demografía y Salud financiadas por los Estados Unidos de América (EUA), entre una mayor disponibilidad y uso de condones y las tasas de infección por el VIH/SIDA más altas (no inferiores)”20.

Es decir, regalar condones indiscriminadamente “para proteger” a los adolescentes no hace sino aumentar los índices de contagio o de embarazos no deseados.

Lo mismo leemos en un reporte de la Agencia de Protección de la Salud de Reino Unido del 2012:

«La reducción de parejas sexuales y la reducción de la promiscuidad han demostrado ser importantes en la reducción de la propagación del VIH/SIDA, mientras que la promoción del uso de preservativos no ha demostrado tal reducción”[19].

Asimismo, otro estudio realizado por el UNFPA y el ONUSIDA encontró que la caída dramática en la infección por el VIH en Zimbabwe fue impulsado principalmente por los cambios en el comportamiento sexual de sus pobladores, en particular, por un descenso en las relaciones sexuales, comerciales y extramaritales casuales. Esta es la conclusión del investigador principal Daniel Halperin, PhD. de la Escuela de Salud Pública de Harvard:

«En Zimbabwe, como en otros países, la reducción de parejas sexuales parece haber jugado un papel crucial para revertir la epidemia del VIH»[20].

 

¿Cuál es la realidad que no se nos cuenta?

En las campañas de educación sexual que promueven el “sexo libre” se suprimen deliberadamente los datos reales existentes, como por ejemplo[21]:

–        Uno de cada dos jóvenes sexualmente activos contraerá una ETS para la edad de los 25 años.

–        En EUA más de 65 millones de individuos están viviendo con una ETS, la mayoría de las cuales son infecciones virales incurables.

–        Aproximadamente 15 millones de nuevas infecciones de transmisión sexual se producen cada año en los EUA.

–        Aproximadamente 493.000 personas han muerto de SIDA en los EUA, y entre 800.000 – 900.000 personas están contagiadas con el VIH.

–        Muchas de las infecciones de transmisión sexual pueden causar resultados adversos del embarazo, incluyendo abortos involuntarios, mortinatos, la restricción del crecimiento intrauterino y las infecciones perinatales (madre a hijo).

–        Algunas enfermedades de transmisión sexual pueden causar infertilidad o llevar a un embarazo ectópico en las mujeres

–        El VPH puede causar cáncer cervical y anogenital.

–        Otras ETS facilitan la transmisión del VIH.

–        La mayoría de los jóvenes con ETS no saben que las tienen.

–        Más del 50% de las personas sexualmente activas tendrán VPH en algún momento de sus vidas.

–        En el 2011 aproximadamente 96.000 personas han sido infectadas por VIH en el Reino Unido, experimentándose un incremento del 4.7 % con respecto al 2010[22].

Según datos de la CDC (Center for Disease Control and Prevention, Centro para el Control y Prevención de Enfermedades) en el 2010 se reportó lo siguiente:

–        CLAMIDIA: 1,307,893 nuevos casos. Una tasa de 426.0 casos por 100,000 habitantes, un incremento del 5.1% comparado con la tasa del 2009. La edad de mayor prevalencia fue de 15-24 años. Esta enfermedad, de no tratarse a tiempo, produce infertilidad.

–        GONORREA: 309,341 nuevos casos de gonorrea, que corresponde a una tasa de 100.8 casos por 100,000 habitantes, un incremento del  2.8% entre el 2009 y el 2010. La edad de mayor prevalencia también fue de 15-24 años. La resistencia a los antibióticos convencionales han hecho que la gonorrea sea más difícil y más costosa para su tratamiento.

–        SÍFILIS: Un total de 13,774 casos de sífilis primaria y secundaria fueron reportadas al CDC, la tasa total habría disminuido por primera vez en 10 años, pero, aunque en las mujeres se redujo en 21%, en los hombres se produjo un incremento ligero de 1.3%.

–        HERPES GENITAL: 232.000 casos. Edad de prevalencia: 15-24 años. (Estos datos se refieren solo a mujeres, pues no se cuenta con una estadística en hombres).

–        VERRUGAS GENITALES: 376.000 casos. Edad de prevalencia: 15-24 años (Estos datos se refieren solo a mujeres, pues no se cuenta con una estadística en hombres).

–        TRICOMONA VAGINAL: 149.000 casos, mujeres entre edades de 15-49 años.

–        OTRAS VAGINITIS: 3´192.000 casos. Mujeres entre 15-49 años.

–        HIV: Se estima que 1´148.200 personas mayores de 13 años están viviendo con esta infección incluyendo un aproximado de 207.600 (18.1%) de personas que desconocen tener la infección[23]. En la década pasada el número de personas viviendo con el HIV se ha incrementado, aunque el número anual de nuevas infecciones se ha mantenido relativamente estable (50.000 infecciones por año). Sin embargo, la presencia de nuevas infecciones aun se mantiene en cifras elevadas, particularmente entre ciertos grupos[24].

–        VIRUS DEL PAPILOMA HUMANO (VPH): Un estimado de 20 millones de personas en los EUA están actualmente infectados VPH. Más del 50% de los adultos sexualmente activos se estima que han sido al menos una vez infectados con uno o más tipos de VPH genital. Los datos de VPH se evaluaron por separado para los distintos resultados de interés (Infección por el VPH, las verrugas genitales y el cáncer cervicouterino). No hubo evidencia que el uso del preservativo reduce el riesgo de infección por el VPH[25].

Estas son algunas cifras que podrían estar por debajo de lo que realmente está sucediendo, puesto que muchas personas evitan acudir al médico y desconocen si padecen o no alguna ETS.

Las dudas también se han lanzado sobre la dependencia de los  condones para los programas de «sexo seguro». En los Estados Unidos se producen más de 15 millones de casos de enfermedades de transmisión sexual (ETS) cada año, según informa el Dr. Joe McIlhaney Jr., presidente del Instituto Médico para la Salud Sexual, una organización sin fines de lucro con sede en Austin, Texas. Él mismo señaló que las consecuencias de confiar en los condones pueden ser graves. Una de las ETS ampliamente prevalente, el Virus del Papiloma Humano (VPH), ha ocasionado más del 90% de cáncer de cuello uterino en los tiempos actuales, y en el 2001 mató a unas 4100 mujeres en los EUA:

«Con base en la ciencia y la ciencia por sí sola, sólo hay una conclusión: Los condones no producen suficiente ´sexo seguro´. Si bien los condones pueden reducir algunos riesgos, todavía a menudo dejan a las personas vulnerables a la infección por enfermedades de transmisión sexual»[26].

Sus argumentos recibieron apoyo en un informe para el Congreso de EUA de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades. La Dra. Julie Gerberding afirmó que la mejor manera de evitar el VPH «es tener una sola pareja no infectada”.

El informe recomienda que los hombres y las mujeres que no están en una relación monógama deben reducir el número de parejas sexuales. El informe también señaló que la mayoría de los estudios muestran que los condones no previenen el contagio del VPH.

La evidencia científica es clara frente al actual problema creciente de las ETS en edades tempranas.

¿Cuál es la solución?

La única manera 100% segura de tener sexo sin contagiarse de alguna ETS y evitando un embarazo indeseado es educarse en la espera. La virginidad, tanto en la mujer como en el hombre, son garantía para la futura esposa o esposo de tener “una pareja no infectada”.

Esta espera incluye evitar todas las formas de contacto sexual que implican un cierto grado de riesgo[27]. Hablamos, por ejemplo, del “sexo oral” o “sexo anal”.

La promoción de la educación en la abstinencia (saber esperar) recibió apoyo en un largo artículo publicado en el New York Times. Escrito por Helen Epstein, investigadora visitante en el Centro para la Salud y Bienestar de la Universidad de Princeton, la autora observó que muchos de los esfuerzos encaminados a detener la propagación del VIH/SIDA han tenido resultados decepcionantes. Epstein explicó que el haber hecho caso omiso de la necesidad de promover la fidelidad a la pareja «bien puede haber socavado los esfuerzos para luchar contra la epidemia». Señaló asimismo que «los documentos de planificación del gobierno, informes de organismos de las Naciones Unidas, las campañas de sensibilización sobre el SIDA y programas de estudio de educación del SIDA parecen mantener un extraño silencio sobre el tema (abstinencia y fidelidad conyugal)13.

Mientras ha quedado en evidencia que la repartición indiscriminada de condones no ha sido capaz de resolver la crisis del VIH/SIDA en África (o en cualquier otro lugar), hay un programa que ha demostrado que sí es capaz de hacerlo: la abstinencia y fidelidad a la pareja. ¿Es esto imposible? ¿O es que no hay “voluntad política” para ir por ese camino? ¿Qué nos enseña el caso de Uganda?

Uganda tuvo en un momento la tasa más alta de VIH/SIDA en el mundo. A partir de mediados de la década de 1980, el gobierno instituyó un programa de educación que promovía la abstinencia antes del matrimonio y la fidelidad a la pareja en el matrimonio. El uso de los condones era recomendado solo para los grupos de alto riesgo (como prostitutas) que no aceptarían los otros dos enfoques. Se emplearon vallas publicitarias, anuncios de radio, anuncios impresos, y en los programas escolares se inculcó en las virtudes de la abstinencia y la fidelidad para prevenir el VIH/SIDA[28].

Los resultados fueron sorprendentes. En 1991, la tasa de prevalencia del VIH/SIDA era del 15%. Para 2001, se había reducido a 5%. ¡Fue la mayor reducción de la infección por VIH en la historia del mundo!

Entre las mujeres embarazadas la caída fue aún más dramática (según lo informado por CNS News, 13 de enero de 2003). En 1991, el 21,2% de las mujeres embarazadas arrojaba VIH positivo. Para 2001, el número había caído a 6,2%. Comparativamente las tasas de los países africanos que plantearon combatir el SIDA mediante la distribución gratuita de condones solo iban en aumento: Kenya (15%), Zimbabue (32%) y Botswana (38%) para el 200115.

Las soluciones a muchos de  los problemas que nos aquejan no están en el exterior (uso de un condón), sino en el interior de la persona. Se ha demostrado que el cambio en el comportamiento de las personas ha producido un notable descenso de las ETS y embarazos no deseados. Si esa es la solución, no es tiempo de que ensayemos nuevos métodos centrados en el ser humano como persona y no como un objeto de consumo, o un animal incapaz de contenerse y al que hay que “esterilizar”?

Es tiempo de trabajar por difundir una cultura de amor en la que se eduque a los jóvenes en la importancia de la castidad para poder vivir una recta sexualidad humana, que obedezca al amor y no a los meros impulsos sensuales. Es tiempo de que despertemos, es tiempo de llevar adelante una nueva “revolución sexual”, la que se centra en el respeto de la persona, y en el amor verdadero. La “libertad sexual” ya tuvo su oportunidad, y ha demostrado ser causante de un gran desastre.

¿Cuándo van a entender nuestros gobernantes que la solución no es regalarles condones a sus niños y jóvenes (como insisten actualmente en países como EUA, Reino Unido, España, Ecuador, y otros)? ¿No entienden –o no quieren entender– que al darles un condón a sus hijos o regalarles las pastillas del día siguiente a sus hijas los están presionando a tener relaciones sexuales cuanto antes y les están negando la oportunidad de forjarse en las virtudes necesarias para construir familias y sociedades consistentes?

Dra. Verónica Ortega, Colaboradora de La Opción V


[1] http://www.cdc.gov/condomeffectiveness/latex.htm

[2] http://www.ohsu.edu/xd/health/health-information/topic-by- id.cfm?ContentTypeId=90&ContentId=P04748

[3] Crosby RA, DiClemente RJ, Wingood GM, Lang D, Harrington KF. Value of consistent condom use: a study of sexually transmitted disease prevention among African American adolescent females. Am J Pub Health 2003; 93(6):901-2; Workowski KA, Berman SM. Sexually transmitted disease treatment guildelines, 2006.MMWR 2006; 55(RR11):1-94; Cayley W. Effectiveness of condoms in reducing heterosexual transmission of HIV. Am Fam Physician 2004; 70(7):1268-69.

[4] Winer RL, Huges JP, Qinghua F, O´Reilly BS, Kiviat NB, Holmes KK, et al. Condom use and the risk of genital human papillomavirus infection in young women. N Eng J Med 2006 Jun 22;354(25):2645-54.

[5] Martin ET, Krantz E, Gottlieb SL, Magaret AS, Langenberg A, Stanberry L, et al. A Pooled Analysis of the Effect of Condoms in Preventing HSV-2 Acquisition. Arch Intern Med 2009; 169(13): 1233-40

[6] [14] McIIhaney JS Jr. Sexually transmitted infection and teenage sexuality. Am J Obstet Gynecol 2000; 183(2):334-9.

[7] Rana RK, Pimenta JM, Rosenberg DM, Tyring SK, Paavonen J, Cook SF, et al. Demographic, behavioral and knowledge factors associates with herpes simplex virus type 2 infection among men whose current female partner has genital herpes. Sex Transm Dis 2005; 32(5): 308-13.

[8] Workowski KA, Levine WC. Sexually transmitted diseases treatment guidelines 2002. Centers for Disease Control and Prevention. MMWR Recomm Rep 2002; 5(RR-6):1-78.

[9] Crosby R, Yarber WL, Sanders SA, Gram CA, Arno JN. Slips, breaks and «falls»: condom errors and problems reported by men attending an STD clinic. Int J STD AIDS 2008; 19(2):90-3.

[10] Crosby R, DiClemente RJ, Holtgrave DR, Wingood CM. Design, measurement, and analytical considerations for testing hypotheses relative to condom effectiveness against non-viral STIs. Sex Transm Inf 2002; 78:228-31.

[11] Trussell J. Contraceptive failure in the United States. Contraception 2004; 70(2):89-96; Parkes A, Wight D, Henderson M, Stephenson J, Strange V. Contraceptive method at first sexual intercourse and subsequent pregnancy risk: findings from a secondary analysis of 16-year old girls from the RIPPLE and SHARE studies. J Adolesc Health 2009; 44(1):55-63.

[12] Weller SC. A meta-analysis of condom effectiveness in reducing sexually transmitted HIV. Soc Sci Med 1993; 36(12):1635-44.

[13] Gayón VE, Hernández OH, Sam SS, Lombardo AE. Efectividad del preservativo para prevenir el contagio de infecciones de transmisión sexual. Ginecol Obstet Mex 2008; 76(2):88-96.

[14] Varghese B, Maher JE. Peterman TA, Branson BM, Steketee RW. (2002) Reducing the risk of sexual HIV transmission: quantifying the per-act risk for HIV on the basis of choice of partner, sex act, and condom use. Sex Transm Dis. 29 (1): 38-43

[15] Brian Saint-Paul. «Will Condoms Really Stop AIDS In Africa?» Crisis E-Letter (May 19, 2005).

[16] Executive Summary: The White House Initiative to Combat AIDS: Learning from Uganda, By Joseph Loconte. September 30, 2003;
http://www.heritage.org/research/reports/2003/09/executive-summary-the-white-house-initiative-to-combat-aids-learning-from-uganda

[17] Doubts About Condoms: Science Questioning Their Efficacy in Halting HIV/AIDS.» ZE04062602, Nairobi, Kenya, June 26, 2004.

[18] http://www.comminit.com/en/node/192815

[19] http://www.hpa.org.uk/webc/HPAwebFile/HPAweb_C/1317137200016

[20] http://www.plosmedicine.org/article/info%3Adoi/10.1371/journal.pmed.1000414

[21] Scientific Evidence on Condom Effectiveness for Sexually Transmitted Disease (STD) Prevention. National Institute of Allergy and Infectious Diseases. 2000

[22] http://www.hpa.org.uk/webc/HPAwebFile/HPAweb_C/1317137200016

[23] CDC. Monitoring selected national HIV prevention and care objectives by using HIV surveillance data—United States and 6 U.S. dependent areas—2010. HIV Surveillance Supplemental Report 2012;17(No. 3, part A).

http://www.cdc.gov/hiv/pdf/statistics_2010_HIV_Surveillance_Report_vol_17_no_3.pdf                          Published June 2012.

[24] CDC. Estimated HIV incidence in the United States, 2007–2010. HIV Surveillance Supplemental Report 012;17(No.4)

http://www.cdc.gov/hiv/surveillance/resources/reports/2010supp_vol17no4/. Published December 2012

[25] Scientific Evidence on Condom Effectiveness for Sexually Transmitted Disease (STD) Prevention. National Institute of Allergy and Infectious Diseases. 2000

[26] «Doubts About Condoms: Science Questioning Their Efficacy in Halting HIV/AIDS.» ZE04062602, Nairobi, Kenya, June 26, 2004.

[27] http://www.ohsu.edu/xd/health/health-information/topic-by- id.cfm?ContentTypeId=90&ContentId=P04748

[28] Brian Saint-Paul. «Will Condoms Really Stop AIDS In Africa?» Crisis E-Letter (May 19, 2005).

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