Saber prepararse y esperar para recibir al otro y darse… el amor es como un árbol, crece en el compromiso de la tierra y las raíces. Si la tierra no está preparada para recibir y abrazar al árbol, o las raíces no se entregan con confianza a arraigarse a esa tierra, a la primera tormenta, el árbol se desmorona, ante la primera sequía el árbol muere.
Sepamos darnos y recibir en un vínculo de compromiso mutuo. Solo así, el amor crecerá fuerte, frondoso, seguro y perdurará ante las adversidades. Seamos tierra y raíces, y a su debido tiempo, cosecharemos frutos preciosos.
Romina Tovar