La promesa de castidad no es sólo para vírgenes, la puede hacer también aquella o aquel que ya han tenido relaciones sexuales.
Para hacer la promesa de castidad no es requisito «ser digno/a», ser «puro/a». Es requisito querer empezar de nuevo, querer dejar atrás el pasado y querer luchar día a día para alcanzar la virtud de la castidad. No importa el pasado, lo que importa es lo que quieres vivir en el presente y a futuro.
Muchas veces son justamente los/as que se han “equivocado”, o los/as que han «probado ya de todo» y han “tocado fondo” quienes más necesitan hacer esta promesa, porque encuentran en ella una fuerza que les ayuda a no volver a lo mismo, dándoles además una razón para luchar: una nueva virginidad que deben valorar y cuidar hasta el matrimonio,
Si tú eres de aquellos/as que ya han tenido alguna o muchas experiencias sexuales y has descubierto que el amor verdadero que buscabas NO SE ENCUENTRA en el erotismo o en la mera satisfacción sexual, si tú eres de aquellos/as que a partir de ahora quieres ser respetado/a y estás decidido/a a luchar por un amor verdadero que sabe esperar, tú también puedes hacer una promesa de castidad.