¿QUIÉN QUIERE PONER EN JUEGO SU FELICIDAD?
Nadie en su sano juicio aspira a ser infeliz; por el contrario está inscrito en lo más profundo de nuestro corazón el deseo de una vida plena, un anhelo grande que nos impulsa intensamente a buscar nuestra propia felicidad a través de una vida que llene de sentido nuestra existencia.
Nunca hemos sido tantos en el mundo y sin embargo no son pocas las veces que experimentamos un vacío en nuestro corazón, sintiéndonos solos en medio de tanta gente; una soledad que nos lleva a cuestionar hasta la existencia de Dios.
REDES SOCIALES: EL JUEGO DEL ENEMIGO
Intentamos llenar esa sensación de vacío refugiándonos muchas veces en las redes sociales, creyendo ingenuamente al ver las publicaciones que otros son felices menos yo; perdiendo de vista que gran parte de lo que se publica son caretas que muchas veces pretenden fingir que estamos bien.
Vamos en la búsqueda del tan ansiado “me gusta” que nos produzca recompensas de muy corto plazo, alimentando a nuestro cerebro con “golpes de dopamina” para buscar obtener recompensas instantáneas.
Estamos buscando refugios que nos ayuden a huir de nuestra realidad y es ahí donde nos encontramos en el camino del alcohol u otras drogas incluyendo la pornografía; produciendo esta última efectos muy negativos en nuestro cerebro.
Efectos de la pornografía en el cerebro:
(Fuente: htts://fightthenewdrug.org/how-porn-affects-the-brain-like-a-drug/)
Cuando ingresamos al mundo de la pornografía mediante las redes sociales o a través del chat de amigos, no ocurre de un día para otro; es producto de una serie de pequeñas infidelidades, pequeños abandonos que nos permitimos y que terminan en situaciones que pensamos que podemos manejar o controlar pero que en la práctica somos cada vez menos dueños de nuestras acciones y nos volvemos cada vez más esclavos de nuestros impulsos. Una vez que entras no es fácil salir; sin embargo, la buena noticia es que puedes salir, en la medida que te lo propongas, a partir de comprender lo que es bueno para ti y lo que no te hace bien.
HISTORIA DE UN PEQUEÑO INOCENTE
Recuerdo desde niño que mi madre me decía: “tu cuerpo es sagrado, nadie lo toca”; sinceramente no lo comprendí hasta que pasaron varios años y fue a partir que comprendí la importancia del pudor.
Exponer mi vulnerabilidad en público es colocarme en una posición de peligro, son innumerables los casos en redes sociales o cuando hablo de más o muestro de más con quien no debo, expongo mi existencia como si valiera poco o nada.
Pero educar el pudor que es distinto a la vergüenza es siempre positivo y se trata de cuidar mi intimidad, en otras palabras se trata de cuanto me quiero a mí mismo.
“El pudor no es una represión, sino todo lo contrario, puesto que se valora lo más sagrado que hay en la persona, que está presente en su cuerpo y en la armonía del mismo” (Papa Francisco).
El pudor es una excelente herramienta para defendernos contra cualquier vulneración de nuestra intimidad.
Llegado a este punto es muy importante que te hagas las preguntas correctas:
¿Compartes demasiado?, ¿qué es lo que compartes que vulnera tu intimidad?
VIVIENDO LA CASTIDAD
San Juan Pablo II en su libro “La Redención del Corazón” nos habla acerca de la importancia de la castidad, entendida como la capacidad de vivir el recto orden de las cosas; lo necesario que resulta “la valoración del cuerpo en cuanto que en él se expresa la persona…la pureza es indispensable para la comunicación interpersonal…la moralidad no está en el puro acto exterior, sino en el corazón en cuanto es fruto y expresión de la actitud del corazón”.
“La castidad implica un aprendizaje del dominio de sí, que es una pedagogía de la libertad humana (Catecismo de la Iglesia Católica 2339)
“La alternativa es clara: o el hombre controla sus pasiones y obtiene paz, o se deja dominar por ellas y se hace desgraciado” (cf Si 1,22)
Es por esto que la pornografía ofende la castidad porque desnaturaliza la finalidad del acto sexual. Atenta gravemente a la dignidad de la persona pues nos introduce en un mundo ficticio.
Finalmente, es importante comprender que la virtud de la castidad se desarrolla en la amistad sincera con el prójimo y somos nosotros quienes estamos llamados a vivir y crecer en virtudes cada día; una vida virtuosa que se orienta a conocer a Jesús y a tener una amistad con Él.
Para quien se ha encontrado con Jesús la santidad no es una tarea secundaria sino esencial. Estamos llamados a ser santos y debemos querer esa santidad con todo nuestro ser, es un sendero que se inicia con el llamado personal del Señor a cada uno a recorrerlo.
Julio Herrera – Coach de Liderazgo y Colaborador La Opción V
* ¡Este Blog es un espacio creado para ti! Tú también puedes enviarnos tus preguntas, testimonio o reflexiones a laopcionv@gmail.com, con nuestro compromiso de guardar tu identidad en la más absoluta reserva. Con tu colaboración y participación podremos ser cada vez más quienes creemos que el amor verdadero sí existe, y que el camino para alcanzarlo es la castidad!