Hay una respuesta corta y una respuesta larga a esa pregunta. La respuesta simple es porque los condones no ofrecen una protección adecuada contra el VPH.
La respuesta larga es mucho más compleja. Por un lado, la información en las etiquetas de advertencia de preservativos es «forzada» por la FDA (institución americana encargada de supervisar y dar permisos a la administración de comida y medicamentos). Ellos son los que, supuestamente, deben asegurarse de que la información es médicamente correcta. Así que, ¿por qué no te dicen que el condón no protege contra el VPH? Es una historia enredada.
En 1999, el director del Instituto Nacional del Cáncer informó al Congreso de que «los condones son ineficaces contra el VPH», y que «los esfuerzos de investigación adicionales por NCIL (Concejo Nacional de Vida Independiente) sobre la eficacia de los condones en la prevención de la transmisión del VPH no están garantizados».
El 3 de octubre del 2000, se presentó la «Resolución Pública de Toma de Conciencia sobre el Cáncer Cervical» ante la Cámara de Representantes de Estados Unidos. En ella, el congresista Tom Coburn, que tenía una práctica a tiempo completo en obstetricia y medicina de familia, dijo: «Junto con eso viene el triste hecho que nuestras instituciones, en las que debemos seguir confiando en esta área, nos han fallado. El Centro para el Control de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) ha fracasado, porque el nombre completo del Centro de Control de Enfermedades es Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades. El Instituto Nacional de Salud ha lanzado un comunicado, así como el Instituto Nacional del Cáncer, y en sus sitios web se puede encontrar que esta enfermedad es causada por el virus del papiloma humano y que un condón no protege de éste. En este país estamos tan engatusados por el concepto de ‘sexo seguro’ que nos negamos a aceptar la etiología y la patogénesis de esta enfermedad, y nos negamos a ser honestos con el público estadounidense en que un condón no puede protegerlos de esto. Lo que me resulta emocionante sobre esta resolución es que quizá tendrá algo de honestidad proveniente de las instituciones que se financian con el dinero de los contribuyentes en este país, tanto el Instituto Nacional de Salud (NIH), el Instituto Nacional del Cáncer (NCI), así como el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC)».
Coburn añadió que tenían un proyecto de ley sobre el cáncer de mama y el tratamiento del cáncer de cuello uterino que estaba «siendo tramitado en este momento sobre la base de los conferencistas del Senado de no querer aceptarlo en lo que respecta a VPH y el cáncer cervical”. Se declaró al Presidente de la Cámara: «Sr. Presidente, me gustaría pedir al organismo que deberían presionar a sus compañeros senadores para que puedan adherirse a esto. El hecho es que la razón por la que tenemos esta toma de conciencia es porque queremos que las mujeres sean tratadas. Esta es una enfermedad que es absolutamente curable. No es como el cáncer de mama; no siempre podemos curar el cáncer de mama. Esta enfermedad, si es correctamente diagnosticada y tratada, es cien por ciento curable. El conocimiento y el hecho de que estamos permitiendo un mensaje de sexo seguro de preservativos que previenen esta enfermedad no hará nada más que dañar a las mujeres… El hecho es que es perjudicial para las mujeres dejar que esa mentira continúe».
Más tarde, ese mismo año, el Congreso de Estados Unidos aprobó la Ley Pública 106-554. Esta ley dirige a los Centros para el Control de Enfermedades (CDC) y la FDA para educar al público sobre el VPH. Parte del proyecto de ley requería que el material educativo sobre las ETS como el VPH debe “contener información médica precisa sobre la efectividad o falta de efectividad de los condones en la prevención de la enfermedades de transmisión sexual». El Centro de Control y Prevención de Enfermedades recibió material educativo en relación con enfermedades de transmisión sexual como el VPH el 21 de diciembre de 2003 para emitir un informe, “incluyendo un resumen detallado de los resultados, los problemas importantes y las mejores estrategias para prevenir infecciones futuras, basadas en la ciencia disponible”.
El 21 de diciembre llegó y se fue. Y no se hizo nada. El representante por el estado de Indiana, Souder (Presidente de la Subcomisión de Justicia Penal, Política de Drogas y Recursos Humanos), ejerció presión sobre ellos y finalmente lanzaron al Congreso, en enero del 2004, el informe «La prevención de la infección por virus del papiloma humano genital». En éste, el CDC admitió que «la evidencia científica disponible no es suficiente para recomendar condones como estrategia primaria de prevención [contra el VPH]». Sin embargo, queda por ver si el CDC realmente implementará una política pública eficaz para informar a los estadounidenses sobre esto.
El 12 de febrero de 2004, el representante Souder escribió una carta al Comisionado del FDA, Mark McClellan, MD, Ph.D., para pedirle que vuelva a examinar la información engañosa que se da en las etiquetas de condones. En esta carta le recordó a la FDA los hallazgos en el informe del CDC del mes anterior y escribió: «Un meta análisis de la revisión de los mejores datos disponibles que describen la relación entre los condones y las condiciones relacionadas con el VPH de las últimas dos décadas, publicado en la edición del 29 de noviembre del 2002 del diario Enfermedades Transmitidas Sexualmente, encontró que: ‘No hubo pruebas consistentes de un efecto protector del uso del condón en la detección del ADN del VPH y, en algunos estudios, el uso del condón se asoció con un riesgo ligeramente mayor de estas lesiones’. Tres años después de que la Ley Pública 106-554 fue firmada por el presidente Clinton, las etiquetas de los condones todavía no advierten a los consumidores sobre la falta de protección contra la infección por el VPH. El Subcomité insta a la FDA a actuar en base a la publicación del informe del CPC para la prevención del VPH y de inmediato reetiquetar los condones para alertar a los consumidores que éstos no proporcionan una protección eficaz contra la infección del VPH”. Sin embargo, el Dr. McClellan siguió siendo el comisionado del FDA sólo hasta un mes después que esta carta fue escrita, por lo que no se hizo mucho durante su administración.
Desde entonces la FDA no ha hecho mucho. Ellos dijeron que están «ciertamente comprometidos a ver esto y hacer los cambios necesarios». Se ha añadido que están «preparando nuevas directrices sobre el etiquetado del condón», «explorando nuevas oportunidades para informar mejor a los usuarios de condones sobre las importantes limitaciones de este dispositivo” y «proponiendo la modificación de las normas de clasificación de los condones». En otras palabras, las etiquetas de condones todavía no han cambiado. El doctor Tom Coburn, que es médico, miembro del Congreso, y copresidente del Consejo de Asesoría Presidencial sobre el VIH y el SIDA, dijo: «La FDA ha estado arrastrando los pies durante tres años y medio».
Los opositores de la educación en la abstinencia no están de acuerdo con Coburn. Por ejemplo, Henry Waxman argumenta que «queremos estar seguros de que no tengamos un efecto no deseado, que es el de confundir a la gente acerca de las situaciones en las que los condones funcionan en la transmisión del VIH por nombrar sólo una y, de hecho, reducir su uso». Además, agregó, las etiquetas de los condones que “incluyen información sobre el VPH pueden dar tanta información en un pequeño paquete de tal manera que se reduce la eficacia de cualquier información”. Waxman aparentemente piensa que el autocontrol no es una opción realista para los seres humanos. Él supone que si la gente supiera la verdad sobre los condones, los tirarían a la basura y continuarían teniendo relaciones sexuales.
En junio del 2005, el Senador Coburn se mostró reservado con la nominación del presidente Bush para nuevo jefe de la agencia federal de drogas, con la esperanza que obligaría a la FDA para hacer cumplir una ley de etiquetado de los condones a nivel federal que requiere que todos los envases de condones adviertan a los consumidores que los preservativos no son eficaces para prevenir el VPH. Luego, en septiembre del 2006, el presidente Bush pidió al director del Instituto Nacional del Cáncer, Andrew von Eschenbach, que sirva actuando como un comisionado de agencia de la FDA. Antes de su confirmación, se preguntó al Dr. Eschenbach si él se aseguraría de que se actualizaran las etiquetas de condones. Mostró su familiaridad con la ineficacia del condón y añadió que puede ofrecer una cierta reducción de riesgo de enfermedades relacionadas con el VPH. Luego agregó que en noviembre del 2005, la FDA elaboró un documento con el lenguaje propuesto para una nueva etiqueta en los condones. Como resultado de este documento, Eschenbach dijo: «La FDA recibió alrededor de 400 comentarios sobre la norma propuesta. Casi todos los comentarios sugirieron que el lenguaje de etiquetado propuesto era confuso y difícil de entender para los consumidores. Como resultado, la Agencia tiene la intención de realizar estudios de comprensión de etiquetado adicionales para ayudar a asegurar que las recomendaciones finales de etiquetado emitidos por la Agencia sean comprensibles para los usuarios».
Respecto a las nuevas etiquetas de condones propuestas, el Senador Coburn comentó: «En los cinco años que tomó la FDA para implementar esta ley, más de 27 millones de estadounidenses se han infectado con el VPH, más de 50 mil mujeres han sido diagnosticadas con cáncer cervical invasivo, y cerca de 20 mil mujeres han muerto a causa de la enfermedad. A pesar de estas cifras trágicas, son pocos los estadounidenses que todavía no son conscientes del VPH o de su relación con el cáncer de cuello uterino y la FDA parece estar contenta con generar reclamaciones inconclusas sobre la eficacia que pueda poner en peligro a las mujeres dándoles una falsa seguridad acerca del cáncer de cuello uterino”.
En noviembre de 2006 (seis años después de que la ley fuera creada requiriendo el etiquetado correcto en los condones) nada había cambiado. Así que el senador Coburn pidió una investigación de la Oficina de Responsabilidad del Gobierno sobre el fracaso de la FDA en este asunto. En ella, él declaró: «Estoy solicitando que la GAO investigue el fracaso de la FDA en obedecer con la provisión de la misma ley que requiere a la agencia “reexaminar las etiquetas de condones existentes que están autorizados en virtud de la ley federal de Alimentos, Medicamentos y Cosméticos para determinar si las etiquetas son médicamente precisas sobre la eficacia general o la falta de efectividad de los condones en la prevención de enfermedades de transmisión sexual, incluido el VPH. Han pasado seis años desde que se firmó esta ley y la FDA aún no ha emitido una guía para asegurar que etiquetas de preservativos cumplan este criterio. Como usted señaló en su carta, ‘La sección 317P de la Ley de Servicio de Salud Pública menciona específicamente el virus del papiloma humano’. Sin embargo, las etiquetas de los condones actualmente no mencionan la falta de efectividad de éstos en la protección contra la infección por VPH, que se ha documentado de manera concluyente en la última década».
Esta batalla se ha estado librando desde hace años, sin haber obtenido la atención de los medios. Cuando se publicó el informe del CDC sobre el VPH, entre los principales medios de comunicación sólo fue el Washington Post el que mencionó algo al respecto. En agosto de 2001, los grupos que representan a más de 10 mil médicos acusaron al CDC de encubrir la propia investigación del gobierno sobre la infectividad del condón (en particular, el informe del NIH). En el comunicado, que fue lanzado por el Consorcio de Médicos, el ex congresista Tom Coburn; Dave Weldon, miembro del Congreso; y otros, señalaron que el CDC ha «ocultado sistemáticamente y tergiversado la información médica vital con respecto a la ineficacia de los condones para prevenir la transmisión de enfermedades de transmisión sexual. La negativa del CDC para reconocer la investigación clínica ha contribuido a la epidemia masiva de ETS«.
El Consorcio de Médicos afirma que el CDC no sólo falló en educar al público acerca de sus hallazgos, sino también trató de ocultar el documento y retrasar su lanzamiento. Agregaron que el CDC exigió revisiones del informe con el fin de causar «confusión injustificada y desinformación sobre lo que de otro modo es un rechazo claro de la efectividad del preservativo».
A pesar de saber sobre el VPH y la ineficacia del condón, el CDC se mantuvo en silencio. En una “declaración de consenso» del NIH sobre el Cáncer Cervical, se informó que «los datos sobre el uso de métodos anticonceptivos de barrera para prevenir la propagación del VPH… no admite esto como un método eficaz de prevención». ¡Esto fue en 1996! El silencio del CDC ha sido tan inexcusable que el Consorcio de Médicos celebró una conferencia de prensa en el edificio del Capitolio pidiendo la renuncia del (entonces) director del CDC, el Dr. Jeffrey P. Koplan. Las probabilidades son que no se haya visto eso en el noticiero de la noche.
Finalmente, en diciembre de 2008, la FDA emitió un nuevo documento que describe cómo se deben actualizar las etiquetas de condones. Declaró que la etiqueta del condón debe informar a los clientes de que «los condones de látex tienen el propósito de prevenir el embarazo, el VIH / SIDA y otras infecciones de transmisión sexual». Se puede notar que el lenguaje se alejó de la eficacia del condón para dar una afirmación vaga de lo que “tiene como propósito» hacer. Para leer algo sobre el VPH, es necesario leer todo el paquete de información del condón, que admite: «Los condones de látex son menos eficaces contra las ITS (infecciones de trasmisión sexual) como el Virus del Papiloma Humano (VPH) y el herpes. Estas infecciones también pueden propagarse por contacto con la piel infectada que no está cubierta por el condón».
Fuente: http://chastityproject.com/qa/why-dont-condom-labels-say-anything-about-hpv/
Traducción por Fabiola Espinoza para La Opción V
Foto: Eutah Mizushima