En el año 2007, una reconocida pediatra norteamericana y autora de varios libros, Meg Meeker, publicó uno dirigido a padres de familia titulado en inglés “Your kids at risk. How teen sex threatens our sons and daughters”[1]. Traducido sería: “Tus hijos en riesgo. Cómo el sexo adolescente amenaza a nuestros hijos e hijas”. Es un libro muy útil, con muchos datos científicos, médicos y estadísticos. Uno de sus capítulos, el séptimo, me pareció muy interesante para comentar aquí y trata sobre si realmente el uso de preservativos brinda efectivamente una experiencia sexual segura. Y para hacerlo voy a citar traduciendo algunos datos presentados en este libro que me parecieron relevantes.
Para empezar, es importante entender un fenómeno que ha venido sucediendo en el último medio siglo en nuestra cultura occidental, desde que se comenzó a difundir el amor libre y, junto a éste, el llamado “sexo seguro”. Hasta los años 60 del siglo pasado, el ejercicio de las relaciones sexuales fuera del ámbito matrimonial no era bien visto. Es a partir de la revolución sexual y de la introducción de los anticonceptivos de una manera más abierta, que se empieza a “normalizar” el sexo fuera del matrimonio. Por otro lado, se acentúa y viabiliza la disociación entre el placer y la función procreativa del sexo. Así, se comenzaba a difundir más el sexo sin amor y el sexo sin procreación. En este ámbito, el uso del preservativo como un método anticonceptivo se fue promocionando cada vez más. Pero a diferencia de otros sistemas de barrera, este tenía un “plus” frente a los demás: también era el método para evitar el contagio de enfermedades de transmisión sexual (ETS). Así, el hoy tan conocido “sexo seguro” se fue consolidando en la cultura de la mano del preservativo. ¿En qué consistiría la seguridad? En prevenir embarazos no deseados y en proteger de las ETS.
Desafortunadamente, luego de varias décadas de promocionar el condón como el método seguro, las estadísticas y la ciencia han tenido que salir al frente para desmentir este mito. Como dice la doctora Meeker, “si bien en este periodo de tiempo sí se ha podido reducir el embarazo adolescente, el número de chicos con ETS ha crecido en proporciones de epidemia (…) Lo mejor que pueden hacer los condones es reducir el riesgo de las personas a contraer una enfermedad. Aun si se usan perfectamente, el 100% de las veces, el riesgo sigue existiendo. El riesgo es que el condón se va a deslizar o romper alrededor del 2-4% de las veces. Y eso es solo el comienzo. (…) La verdad es que los condones son lo mejor para reducir el riesgo del HIV, pero no son buenos con otras ETS”.
Los datos encontrados por investigadores
Los datos y las fuentes que comparte la doctora Meeker son variados. Para efecto de este artículo, pasaremos a enumerar los más relevantes[2]:
Luego de revisar rápidamente evidencia médica, queda claro que tener relaciones sexuales sin la seguridad de que estamos en una relación monógama y sana –que normalmente se da dentro de un compromiso como es el matrimonio— siempre tendrá una dosis importante de riesgo para nuestra salud. No se trata únicamente de evitar un embarazo. En todo caso, un bebé nace y nosotros podemos seguir saludables. El problema que queremos enfocar es el riesgo de contraer una grave enfermedad de transmisión sexual. Esa la tendremos para siempre, puede traer consecuencias nefastas para nuestra salud y, peor aún, para la salud de nuestro futuro(a) esposo(a) e hijos, porque muchas de ellas se transmiten silenciosamente. “Tengo un problema con la palabra “seguro”. Hace que los chicos sientan que no van a tener embarazos o coger una enfermedad si usan condones. Pero no es cierto. Necesitamos decirles que reducir los riesgos no es lo mismo que estar a salvo. Necesitamos decirles cuáles son los riesgos, y lo que pueden hacer o no los condones. Hay que ser honestos con los chicos. Esto puede salvar sus vidas”, concluye la doctora Meeker.
Por eso, es importante tener una idea clara cuando aún no estamos casados: el único sexo seguro, es el que no se tiene.
Giuliana Caccia
Master en Matrimonio y Familia
Universidad de Navarra
[1] Aquí pueden encontrar una versión digital del libro. Está en inglés. https://www.amazon.com/-/es/Your-Kids-Risk-Threatens-Daughters-ebook/dp/B00AXS5EAA/ref=sr_1_2?__mk_es_US=ÅMÅŽÕÑ&dchild=1&keywords=meg+meeker+your+kids+at+risk&qid=1588695056&sr=8-2
[2] La doctora Meg Meeker ha sustraído la mayoría de los datos aquí expuestos del reporte realizado en el año 2000por el National Institute of Health.
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