Parece conocida y cotidiana esta historia, cuántas veces no han pasado por impactantes titulares distintas estrellas, celebridades, interpretes, actrices, bajo el nombre de “artistas”, que contagian al mundo de su rostro, de sus poses y de sus intenciones por fama, sin tener la noción del efecto crudo que deja en la sociedad. Creería que ante todo, estos “artistas” no tienen claro el fin de su arte, más sí de su ser. Es decir, su objetivo claramente es el auto beneficio y el provecho que pueden sacar, ya sea económico o simplemente social, de todo este montaje y esta vida desenfrenada que soporta a toda una industria y un concepto de existencia carente de dignidad. Las ideas que transitan desde estas celebridades hasta el público son una construcción industrial; son claras las pautas para tener un mercado próspero, se conocen los colores, las formas, las disposiciones de los objetos para conseguir que se vendan con facilidad, que sean atractivos y recurrentes, así que para empezar a comercializar ideas con seres humanos, es simplemente aplicar estas normas para tener resultados eficaces. Vemos entonces que el desnudo, la rebeldía parcial, los cambios físicos, las drogas, las fiestas locas, son acciones comunes entre aquellas que intentan escalar en su reconocimiento y están llevando el grillete de la fama. Y si son necesariamente dependientes de esta vida y muy ambiciosas, pues no queda de más los videoclips extra eróticos, los videos porno, las fotografías sugestivas, los mensajes en contra del Papa, las relaciones homosexuales o bisexuales y los escándalos de parejas. Es una agresiva exhortación que nos llega para seguir estos “ejemplos” y como un buen mercado la carátula de presentación es muy prometedora.
Siempre me quedará la duda por la auténtica felicidad y me gusta preguntarme qué sucede cuando el encantamiento de la juventud se les acaba, a la media noche de su vida llega la fealdad del cuerpo, las arrugas, la obesidad, la flacidez, el cansancio, la soledad y así en fila recta la muerte. Estas princesas sin cuento de hadas, sin príncipe azul, sin castillos, ni siquiera con madrastra, quedan inmersas en un limbo, su cuerpo ya no sirve, las cirugías no cubren la magia original, su fama va quedando en los puestos rezagados donde se condena a un masivo olvido donde ninguna cámara intentará darles protagonismo. Quizá ya deban quedarse en sus casas cuidando de 3 hijos, cargando con múltiples divorcios, con el fantasma de su éxito, en fin.
Sin quedarme en las divagaciones de la imaginación, no muy lejanas de la realidad, quisiera exponer el testimonio de Miley Cyrus. Quiero mencionarla porque hace poco salió el innovador escándalo de sus últimos videos, Wrecking Ball y su actuación en los VMAs, entre otros, y a decir verdad no logré converger la idea de Miley Cyrus hace dos, tres años, a la de ahora. La impresión ahogó mi entendimiento, refiriéndome al videoclip, no tuve la tolerancia de verlo completo, me pareció grotesco, innecesario, vulgar, indigno para alguien que está llevando al mundo la imagen de mujer y mensajes que refieren al amor. Son tomas compuestas por un capricho insostenible, la imagen no tiene relación absoluta con lo que transmite la letra de la canción, exceptuando la bola demoledora que efectivamente destruye todo lo que está a su paso. En efecto, Miley Cyrus destruyó todo lo que había construido. Recuerdo que con su papel de Hannah Montana, el
personaje que le dio fama y le regaló millones de fans, generaba el ambiente propicio para formar valores, construía el amor y la importancia por la familia y por la amistad, al menos esas eran las moralejas
que dejaban sus sorpresivos episodios. Valorar la vida, valorarse y sorprenderse con las circunstancias de una niña que llevaba a la pantalla el sueño de muchas otras. El planteamiento de Hannah Montana era muy hermoso, porque siendo famosa y cargando con esa vida de farándula, su ser nunca desprestigiaba su humanidad, su caridad, su comprensión y sus valores frente a lo que daba verdadero sentido a su vida, el amor de familia y el amor de amigos.
Contraponiéndola a su nuevo papel de chica rebelde, de chica demoledora, de desnudo deshonroso y de gestos sugestivos (insoportables), lo único que me queda es la lástima y la vergüenza que genera esta mujer que con su poder se presta a tan índigos juegos de falsos prestigios e imágenes volátiles, las cuales calan en nuestra sociedad, en sus pequeñas fans y en toda chica que quiera seguir imitándola.
A ellas, quiero preguntarles, si alguna vez han tenido el infortunio de ver una representación de Streap Tease, de mujeres danzando en un burdel, de escenas con prostitutas, incluso de imágenes pornográficas, ¿cuál es la diferencia que ven en el acto de esta estrella de Hollywood?
Miley Cyrus, como la mayoría de su gremio, viven de su imagen y ésta está compuesta del perfeccionamiento de su cuerpo, de su rostro, de su marca de ropa y de perfume, de las fiestas y los shows, del escándalo que produzcan, los cuales están entre sí en constante competencia para ver quién logra mayor reconocimiento. Una dama de compañía, una prostituta, una prepago, una danzarina erótica, tienen los mismos principios, su cuerpo está destinado únicamente a producir placer, a generarlo y a existir de él. Cuerpos como productos, como objetos que cumplen la función de satisfacer, de llamar la atención y de complacer las demandas por más elevadas y exorbitantes que sean. Pregunto de nuevo, ¿hay diferencia con la performance de Miley Cyrus y una presentación pornográfica, erótica, con la vida de una prostituta o una dama de compañía? Pues la fama, el discurso social que la incluye en un prestigioso reconocimiento y en una forzada validación de sus acciones. Ella lo hace con un fin artístico, lo hace bajo el nombre de sus fans, pero en concreto no hace distinta cosa que estas otras mujeres. Desnudarse, lamer objetos, seducir de forma ordinaria, bailar mientras se frota sus genitales, tal cual el show que se encuentra en un prostíbulo, en un bar corriente, en un video erótico, como una prostituta.
Entiendo que ella no sea la originaria de esta cultura soez y vulgar, pero en ella sí recae una gran responsabilidad, las cabecitas de millones de niñas que la idealizaron y la siguen y que ahora están sufriendo esta vanidosa y falaz invitación a caer en una vida muy banal y corrosiva.
Cuando escribo fríamente la descripción de estas acciones, no evito traer a la imagen el impacto tan poderoso que tienen estas clases de presentaciones. No falta decir que a medida en que más aparecen, la consciencia colectiva del mundo va asimilando estos comportamientos como correctos, bajo la norma de lo natural y de la aprobación. Y literalmente es lo que quieren conseguir, la impresión y la transgresión de todo fundamento sólido en el ser humano debe acabar, porque en cuanto vamos imitando estos ídolos, más vamos perdiendo el principio de nuestra verdadera naturaleza, nuestra complejidad humana y nuestra libertad en la existencia.
Ahora, poniendo en contexto la letra exacta de su canción Wrecking Ball, Miley Cyrus lo único que expone es un corazón roto y podría interpretar que a lo que está apelando es a la falta de afecto, de amor verdadero, al desespero que genera estar cegado con tanta idea transgredida y tan poco resultado. Algún chico habrá sido la causa de su decepción, pero creo que ella misma está llevando su vida al extremo de esa insipiente consecuencia del falso amor, de la falsa razón de existencia.
Y esto no se queda sólo en la televisión, en las reproducciones de YouTube y en la memoria colectiva, esto concretamente alimenta la sociedad juvenil y por varios años ha propiciado nuevas tribus urbanas, nuevas concepciones de la vida sexual y de la mujer. Hace poco salió un artículo en un periódico local donde hacían la descripción de una tribu social que implicaba altos rangos sociales y poderes económicos.
Las chicas entonces se llaman “Betches” (en traducción significaría perra-puta), como entiendo sus normas son las mismas concepciones que presenta Miley Cyrus en su nueva propuesta de vida. Son chicas con posiciones ostentosas en la sociedad, padres con mucho dinero y poco tiempo para la familia, chicas que tienen su fervor dedicado a conseguir lo que quieran ya que tienen figuras joviales y estilos lujuriosos. Las fiestas, la ropa, las drogas, los bailes y su cuerpo son sus mandamientos. Y sí, como era de esperar su cabeza a seguir es la millonaria Paris Hilton. En la lectura de este artículo me interrumpí con la idea que surgía de lo absurdo que me era considerar que un grupo pronunciado en la sociedad pudiera idealizar, pudiera sostener a una mujer como Paris Hilton como su ídolo, una mujer que ni siquiera intenta mostrar algún talento, ni siquiera canta o baila profesionalmente. Al menos de Miley Cyrus se pueden recuperar talentos notorios, la voz y la actuación son complementos que no tiene cualquier chica a la edad de su estrellato inicial. Pero, ¿Paris Hilton? Si bien recuerdo su mayor talento ha sido su chihuahua y sus videos porno, sus realities en los que sólo se repite su extrema vida sexual y su lenguaje corriente y grosero. Ni por pensamiento extraordinario, ni por imagen innovadora, ni por presentaciones profesionales, nada, la multimillonaria sólo a contagiado al mundo de su estupidez, de su superficialidad y de sus escándalos.
Es latente, muchas jóvenes, adolecentes y niñas se están consagrando a esta vida y afirmo que es netamente corrompida. No hay promesa más allá que el inmediato placer, el instantáneo show y el lucir vulgar. De nuevo volvemos a la hipócrita validación por medio de la sociedad, ellas tienen dinero para compensar sus acciones, ellas tienen el respaldo de estrellas y artistas que promocionan estas actitudes, estos estilos de vida. A ellas no se les puede degradar de verdaderas prostitutas porque consiguieron la validación excepcional de sus acciones, que repito no contienen mayor diferencia a las de las mujeres degradadas en la sociedad.
Con esto no estoy proponiendo una lucha por la diversidad. La dignidad de una mujer, del ser humano es igual en cualquier circunstancia. Intento no sonar bajo la soberbia de un juicio, sólo quiero proponer y conformar la reflexión acerca de estos planteamientos que nos invaden constantemente. Para las mujeres que hemos decidido vivir en la Virtud, en la luz de Cristo debemos ser capaces de ver lo que implica concordar, promover y aceptar estas causas sociales. Nos encontramos en un mundo que se mueve bajo velocidades casi imperceptibles y caer en su hipnotismo puede ser muy fácil, porque efectivamente es lo más próximo que encontramos. Más no es lo verdadero, ni siquiera es una experiencia tangible, de seguro son concepciones que sólo disponen la vida al límite de la juventud, de lo corporal, más allá no hay nada que valga la pena. Pero resulta que ellas exigen la búsqueda y sufren por las mismas razones por las que nosotras nos hemos decidido optar por La Opción V, el amor verdadero. Ellas carecen de él porque no se han dado la oportunidad de creer en la Verdad, en la vida y en la fuerza vital que incluye la vida a contracorriente. Porque no pensaron el futuro evidente de los discursos que promocionan con sus vidas y con los que cauterizan a muchas otras.
Indignada me siento de volver a encontrar a otra chica, otra celebridad que pierde las riendas una vez que prueba la vida de fama, otra más que se desnuda y se vende, otra más que se destruye con el fin de una industria que no da tregua ni recompensa. Mi esperanza por la música pop y por la concepción de vida pop se vio destruida tal cual la pared en el video de Miley Cyrus que anteriormente comentaba. Creo que para poder llevar una vida de fama es necesaria la construcción de una personalidad lo suficientemente madura como para vencer al mundo y así mismo regalarle un rostro digno de ser ídolo, de ser ejemplo, de tener fama y ser reconocido. Dejar una huella que no provenga de fraudes y no deje la desilusión y la desesperanza por la vida.
Michelle V., 20 años, estudia Artes Visuales. Artículo escrito para La Opción V.
Artículos relacionados:
Y tú, ¿vas con Miley o vas contracorriente?
Miley: ¿quién no comprende a quién?
Noticias relacionadas:
Miley Cyrus considera que Sudamérica no está lista para sus conciertos
Autoridades de República Dominicana prohíben concierto de Miley Cyrus
* Este Blog es un espacio creado para ti. Tú también puedes enviarnos tus preguntas, testimonio o reflexiones a laopcionv@gmail.com, con nuestro compromiso de guardar tu identidad en la más absoluta reserva. Con tu colaboración y participación podremos ser cada vez más quienes creemos que el amor verdadero sí existe, y que el camino para alcanzarlo es la castidad!
** Todas las publicaciones en este Blog son de propiedad de La Opción V. Pueden ser difundidas libremente, por cualquier medio, consignando siempre la fuente. Está terminantemente prohibida su reproducción total o parcial con fines de lucro.