Para mí el verdadero mal de la masturbación consiste en que toma un apetito —que legítimamente usado hace salir al individuo de sí mismo para completar (y corregir) su propia personalidad en la de otra persona (y en último término en los hijos y nietos)— dirigiéndolo en sentido contrario: hacia la prisión interior de sí mismo, para crear un harén de novias imaginarias.
Y este harén, una vez aceptado, se resiste a ser abandonado para salir y unirse verdaderamente con una mujer real. Porque tal harén se encuentra siempre a mano, siempre dócil, no exige sacrificios ni renuncias y puede ser adornado con atracciones eróticas y psicológicas con las que ninguna mujer real puede competir. Entre estas novias que permanecen en las sombras, él es siempre adorado y el amante perfecto. No hay reclamos por su desinterés ni mortificaciones a su vanidad…
Después de todo, casi la obra principal de la vida es salir de nosotros mismos, de la pequeña y oscura prisión en la que todos hemos nacido. La masturbación debe ser evitada como deben ser evitadas todas aquellas cosas que retarden ese proceso. El peligro es el llegar a amar esa prisión.
C. S. Lewis
La masturbación: ¿es bueno o malo masturbarse?