7 consejos a mi pequeña hermana

Mi pequeña hermana:

Es increíble cómo has crecido y cambiado. Ya eres toda una mujercita. Recuerdo cuando te cambiaba los pañales, te daba de comer y cuidaba de ti. Ahora todo eso ha quedado en fotografías que vemos cuando queremos volver al pasado para recordar aquellas épocas en las que solo importaba jugar y comer.

Ahora es distinto. ¡Ya vas a ir a tu primer quinceañero! En adelante las fiestas ya no serán iguales, así que presta mucha atención a estos consejos que quiere darte tu hermana mayor.

1. Primero, la ropa. Las chicas se esforzarán en llamar la atención de los chicos. Se vestirán con tacos punta aguja, faldas muy cortas, maquilladas y tratarán de lucir lo más llamativas posible. Por favor, ¡no compitas con ellas! Viste de tal manera que te sientas cómoda y bella. La ropa puede elevar o degradar a la persona. Ten cuidado con lo que te pongas, porque te tratarán de acuerdo a como te vistas.

2. Sé que a veces quisiéramos que las miradas sean para nosotras y ser las más “populares”. Créeme que eso no funciona. Llamar la atención de un chico cuando tienes 15 o cuando tienes 23 es lo mismo. Un chico que vale la pena no termina fijándose en aquella que tiene lápiz labial color neón o mini falda a la cadera, sino en aquella que sin maquillaje brilla más que una bola psicodélica. Además, no es bueno que uses maquillaje desde muy chica. Tendrás problemas de piel muy pronto. Mejor espera, come sano y con un brillo ya da resultado.

3. Ya no habrá refrescos o gaseosas a simple vista. Ahora encontrarás a tu alcance el alcohol, el cigarro y la droga. Estos tres son “amigos” de las fiestas. Cuídate y no trates de llamar la atención con un vaso de cerveza o licor. Se ve como si quisieras ser un payaso vestido de princesa, es gracioso y ridículo al mismo tiempo. Hay chicos que se van a acercar a ti no porque estás linda, sino porque, con un trago en la mano, te verán débil y vulnerable. Y créeme que con algo de alcohol en tu sangre —no tiene que ser mucho— serás una presa fácil de cazar.

4. Duele ver a tu alrededor a las chicas regias con vestiditos “sexys”, tomando y fumando, rodeadas de chicos y entre ellos, el más guapo. Lo sé. Quizá te gane la inseguridad de querer ser como ellas para atraerlo. Entonces vas a la barra, pides un trago, intentas parecer “picada”, comienzas a bailar pegado, subes y bajas como elevador, miras a los chicos a tu alrededor y ¡zas! ¡Cayó uno! Llegó y te pide para bailar. Se acerca un poco más, intenta ser tu “enamorado de una noche” y, para empezar, te busca robar un beso sin ser nada.

Los hombres huelen la desesperación y se aproximan a aquella que esté más frágil o disponible. Intentará tomar de ti lo que estés dispuesta a entregar y finalmente se irá sin saber siquiera tu nombre. Créeme que al siguiente día ni te llamará. Ten cuidado no solo con ellos, sino contigo misma. Puede que creas que es un triunfo cuando el chico se acerca a ti y te sientes deseada, pero lo que sentirás después es solo vergüenza, vacío y tristeza. ¿Sabes por qué? Porque mientras en ese segundo lo idealizaste como posible pareja, él solo te miró como algo de momento: nada serio.

5. ¿Sabes qué más duele? Los comentarios post-fiesta. Siempre van a hablar de ti, y no solo las mujeres… también los chicos hablan y se forman sus opiniones de cada una de las chicas. Etiquetan como “fáciles” a las que no se hacen respetar y reconocen a las que, en cambio, pueden ser sus amores para toda la vida. Ellos se enamoran, sí, pero ojo: NO DE CUALQUIERA. ¿En qué grupo quisieras estar tú?

6. Déjame decirte también que la auto-estima es el accesorio más valioso de la mujer. No bailes para llamar la atención, baila para divertirte. No pienses en quien te está mirando, piensa en lo valiosa que eres aunque nadie te mire. Diviértete, canta, salta, sácate los zapatos si te duele. Total, ¡estás aprendiendo y creciendo! Pero, en todo lo que hagas, recuerda: nunca renuncies a tu valor como mujer por un instante de «gloria».

7. Imagina regresar a casa contenta, recordando con alegría cada momento de la fiesta, las canciones que te encantaron, lo mucho que te divertiste. Eso vale más que regresar con un fuerte dolor de cabeza, náuseas y no recordar nada al día siguiente, arrepintiéndote de todo lo que pudo haber pasado. Es triste que te lo cuenten y todos hablen de ti, sin saber tú donde meterte.

Me encantaría estar ahí contigo, cuidándote como siempre. Pero tengo que aceptar que estás creciendo y estás afrontando la vida como yo lo hice en su momento. Todos lo hemos hecho y espero que estos consejos que te doy queden en tus pensamientos y te acompañen siempre a donde vayas.

Tu hermana que te quiere mucho,

Estrella

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